Salmo 98

¿Qué está pasando?

El salmo 98 es la canción de victoria de un guerrero. Probablemente se habría cantado cuando los soldados de Israel regresaban a casa después de una victoria militar. La primera vez que aparece una canción como esta en la Biblia es después de que Dios derrota a los ejércitos del Faraón en el Mar Rojo. En aquel entonces, Israel cantaba que Dios era su campeón, quien aterrorizaba a sus enemigos, desmantelaba sus carros y colocaba al ejército del Faraón en una tumba llena de agua (Éxodo 15:1-4). Si bien el Salmo 98 no tiene en mente una victoria específica, fue escrito para que los guerreros israelitas pudieran alabar a Dios por lo que había hecho por ellos en la batalla.

La canción comienza celebrando que Dios ha sido el guerrero supremo en su última batalla y que él solo ha derrotado a los enemigos de Israel y los ha salvado del peligro (Salmo 98:1). La victoria de Dios fue tan precisa, mesurada y justa que incluso los gobiernos extranjeros aplauden su obra (Salmo 98:2). Del mismo modo, los guerreros celebran que la victoria de Dios demuestra que no solo está siempre del lado de Israel, sino también que todas las naciones del mundo pueden darse cuenta de que no hay un Dios como el suyo (Salmo 98:3).

Dado que la noticia de la victoria de Dios se ha difundido a nivel mundial, la canción llama a todo el mundo a celebrar (Salmo 98:4). Las naciones deben gritar con sus voces y tocar sus arpas, trompetas y trompetas para reconocer que Dios es un guerrero y un rey como ningún otro (Salmo 98:5-6). La canción finalmente hace un llamamiento a la naturaleza misma para que se una al estribillo continuo. Los océanos rugen y sus peces se divierten, los ríos aplauden de alegría y las cadenas montañosas cantan al unísono, regocijándose por el regreso a casa del victorioso rey de Israel (Salmo 98:7-8). La canción termina celebrando que la manera precisa, mesurada y justa en la que Dios libró la batalla será la manera en que gobernará su reino y el mundo para siempre (Salmo 98:9).

¿Dónde está el Evangelio?

En Jesús, Dios el guerrero vino a luchar en nuestro nombre una vez más. Jesús no fue a la guerra contra otra nación sino contra un enemigo peor y más poderoso. Vino para derrotar a la muerte misma. Jesús es el único héroe y el único Dios en la historia del mundo que luchó contra la muerte y ganó. Durante la batalla, dejó que la tumba se lo tragara entero. Pero Jesús rompió las fauces de la muerte y así quebró el poder de la muerte sobre su pueblo (Romanos 6:9-10). Jesús luchó contra la muerte y ganó (Hechos 2:24). Su triunfo sobre la muerte es una buena noticia para todo el mundo porque todo en la creación está sujeto a la muerte y la decadencia (1 Corintios 15:15-16).

Así que, al igual que los guerreros que cantaron el Salmo 98, nosotros también podemos cantar canciones de victoria. Los poderes de la muerte, la decadencia y las tinieblas luchan contra nosotros a diario, pero nuestro Dios ha derrotado a la muerte y ha desarmado a quienes intentan ejercer su poder. Pronto, todas las personas verán a Jesús, el guerrero, aparecer una vez más para librar al mundo del mal que aún queda (Apocalipsis 1:7; 19:11). Ese día, todas las personas que Jesús haya salvado celebrarán y cantarán diciendo que Jesús ha destruido el mal para siempre (Apocalipsis 5:13; 21:4-5).

Compruébelo usted mismo

Rezo para que el Espíritu Santo abra sus ojos para ver al Dios cuyas victorias son buenas noticias para el mundo. Y que veas a Jesús como el héroe que conquistó por completo a todos sus enemigos y liberó al mundo entero para que cantara sus alabanzas.