Salmo 100

¿Qué está pasando?

El pueblo de Israel habría cantado el Salmo 100 al entrar al templo para adorar a Dios y disfrutar de su presencia. En general, la adoración en el templo de Dios estaba restringida solo a los israelitas nativos. Sin embargo, esta canción comienza invitando a toda la tierra a alabar a Dios (Salmo 100:1). Se invita a los extranjeros a presentarse ante Dios y adorarlo en su templo con canciones alegres como si hubieran nacido en el país (Salmo 100:2). El versículo central del Salmo 100 explica por qué Dios está invitando a una multitud multinacional a un espacio normalmente reservado para los judíos. Dios es el Hacedor de todas las personas, por lo que todos le pertenecen (Salmo 100:3). Normalmente, solo a los israelitas se les llama ovejas de Dios. Pero en este salmo, se describe a Dios como el pastor de un rebaño mundial. Las puertas del templo de Dios se abren de golpe e invitan a todos los amantes genuinos de Dios a adorarlo sin importar su nacionalidad o etnia (Salmo 100:4). En el Salmo 100, todas las naciones se reúnen en el templo de Dios para celebrar que el amor y la fidelidad de Dios son para todas las personas para siempre (Salmo 100:5).

¿Dónde está el Evangelio?

Desde los primeros días de la creación, Dios ha querido compartir su amor y bondad con el mundo entero. E incluso cuando eligió tener una relación especial solo con los judíos, fue para que el mundo entero eventualmente se incluyera entre el pueblo de Dios (Génesis 12:3). Salmos como este nos recuerdan que Dios siempre tuvo la intención de incluir al mundo entero en una relación amorosa con él. Sin embargo, la relación especial de Dios con el pueblo judío no se extendió por completo al resto del mundo hasta que el Creador del mundo se convirtió en una persona en Jesús (Filipenses 2:5-7).

Jesús era un israelita nativo y dijo que había venido para ser el pastor de Israel (Mateo 10:5-6; 15:24). Pero Jesús derribó las barreras que generalmente separaban a los judíos del resto del mundo (Marcos 7:19; Juan 4:1-26). En respuesta, los no judíos acudían con frecuencia a Jesús, y él los sanó y ayudó tal como lo hizo con sus hermanos judíos (Mateo 15:21-28; Lucas 7:1-10; Juan 4:1-26). Sin embargo, la inclusión de extranjeros por parte de Jesús provocó la hostilidad del establishment religioso judío. Después de que Jesús los criticara públicamente por haber excluido a los extranjeros del templo de Dios, conspiraron para arrestarlo y matarlo (Mateo 21:12-13, 45-46; Lucas 22:1-6).

Pero con la muerte de Jesús, el plan de Dios de invitar a todas las personas a adorarlo se completó. Cuando Jesús murió, una cortina especial que separaba la presencia de Dios del resto del mundo se rompió por la mitad. Era un símbolo de que adorar a Dios ya no era el privilegio especial del pueblo judío, sino de todos los amantes genuinos de Dios (Mateo 27:50-51; Efesios 2:14-16). Jesús es la manera en que se invita a todo el pueblo de Dios a disfrutar de la presencia de Dios (Juan 14:6). Él es la puerta que se abre de par en par e invita a todos a atesorar la bondad de Dios y disfrutar de su presencia (Juan 10:7). Luego, cuando Jesús resucitó de entre los muertos, les dijo a sus seguidores más cercanos que su primera tarea era llevar las buenas nuevas de su muerte y resurrección a las ovejas perdidas del mundo (Mateo 28:19). Jesús ha preparado el camino para que el Salmo 100 finalmente se haga realidad.

Compruébelo usted mismo

Rezo para que el Espíritu Santo abra sus ojos para ver al Dios que da la bienvenida a las naciones en su presencia. Y que veas a Jesús como el que da acceso a Dios a las personas de todas las naciones.