Proverbios 31

¿Qué está pasando?

En el último capítulo de Proverbios, escuchamos al rey Lemuel. Más específicamente, escuchamos la sabiduría de la madre del rey Lemuel. Le enseñó a Lemuel lo que significa ser un rey noble y le dio forma a su comprensión de lo que hace que una esposa sea valiente.

Si bien los reyes suelen usar su poder de manera egoísta, la madre de Lemuel le enseñó que un rey no debe dejarse gobernar por sus pasiones. Los reyes no están hechos para las mujeres ni para el vino, sino para el servicio. Los reyes defienden a los que no tienen voz y hacen justicia a los oprimidos. Los reyes nobles también buscan esposas nobles.

No es insignificante que Proverbios comience describiendo a la Sabiduría como una mujer y luego termine con la sabiduría de una reina sabia que describe a una mujer sabia. Pasar de una mujer alegórica a una esposa de carne y hueso nos muestra que la sabiduría no es simplemente una búsqueda mental, sino una virtud concreta. Esta valiente esposa es un modelo a seguir. Las mujeres deben querer ser como ella, los hombres deben querer casarse con ella y todos los que buscan sabiduría deben querer encarnar su sabiduría en su propia vida.

Esta mujer es una heroína para su esposo, para su comunidad y para sus hijos. A diferencia de mucha literatura antigua y moderna, no hay ninguna preocupación por su cuerpo o sus curvas. No se puede esgrimir la responsabilidad de la esposa en cuanto al silencio y la vida doméstica. Por el contrario, es una empresaria, una maestra y una filántropa. Los estudiosos señalan que Proverbios 31 tiene más en común con los himnos heroicos de Israel que con cualquier otro género.

Aunque está oculto para nosotros en inglés, el poema está lleno de palabras e imágenes que normalmente se reservan para las campañas militares. Esta mujer «extiende su brazo hacia el... huso», tal como nos dicen que los brazos extendidos de Dios salvaron a Israel de Egipto. Esta valiente reina en las tareas diarias de proporcionar ropa y ganar dinero es el instrumento de Dios para el bien y la justicia en el mundo.

¿Dónde está el Evangelio?

La madre de Lemuel esperaba que su hijo fuera un rey desinteresado y que se casara con la valiente reina que describió. Si estamos solteros, podemos preocuparnos por no ser el «material matrimonial» descrito por Lemuel. Si estamos casados, tenemos mucha evidencia que demuestra que no cumplimos con los estándares de Proverbios 31. Pero el apóstol Pablo nos dice que tanto el deseo de la madre de Lemuel como nuestros sentimientos de insuficiencia se resuelven mejor en la relación de Jesús con su Iglesia.

Pablo les dice a los esposos que el propósito del matrimonio es representar y simbolizar el amor de Jesús y la búsqueda de su valiente esposa, su Iglesia. Al igual que el rey descrito por la madre de Lemuel, Jesús no vino para que le sirvieran vino ni mujeres, sino para servir y dar la vida por su novia.

Y Jesús sirve a su novia transformándola en la novia que debe ser. Jesús borra la evidencia de cómo ella se queda corta y la hace valiente y sabia. Cuando le decimos «Sí, quiero», nos presenta como personas fuertes, sabias, honestas, compasivas y puras. Nos transforma para que consideremos no solo a nuestra propia familia, sino también a los pobres. Jesús nos fortalece para extender nuestras manos a la ardua labor de la justicia y la misericordia hasta que su Reino regrese. Si bien a menudo nos quedamos cortos, como un buen esposo, Jesús perdona lo que hemos hecho. Y se dedica a convertirnos en reyes y reinas sabios en su Reino.

Compruébelo usted mismo

Que el Espíritu Santo abra tus ojos para ver al Dios que es un Rey desinteresado. Y que veas a Jesús como el esposo fiel que busca y hace que su novia sea sabia y fuerte.