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Debes nacer de nuevo
En Juan 3, vemos a Jesús ofreciendo una nueva vida espiritual a todos los que lo miran levantado en la cruz.
¿Qué está pasando?
Nicodemo es miembro del mismo liderazgo religioso que eventualmente crucificará a Jesús, pero siente curiosidad. No entiende cómo Jesús pudo hacer milagros a menos que Dios estuviera con él (Juan 3:2).
Jesús le dice a Nicodemo que la única manera de entenderlo a él o a sus señales es si ha «nacido de nuevo» (Juan 3:3)
Y le dice a Nicodemo que eso no debería sorprenderlo. Los humanos deben nacer antes de poder entender el mundo de los humanos. Y debe nacer de nuevo si quiere entender los asuntos espirituales (Juan 3:6). Necesitará que le den nuevos ojos para ver, nuevos oídos para oír y un corazón nuevo para percibir.
Y hay una segunda razón por la que Nicodemo no debería sorprenderse ante la idea de nacer de nuevo. Esto es precisamente lo que también enseñaba el Antiguo Testamento. Ser parte del pueblo de Dios siempre significó un cambio de corazón y de naturaleza (Deuteronomio 30:6).
Si Nicodemo no entiende por qué necesita un corazón renovado, Jesús dice que nunca entenderá que Dios descendió del cielo en Jesús para ser levantado en una cruz y morir para ofrecer vida eterna a quienes creen en él (Juan 3:12).
¿Dónde está el Evangelio?
En el libro de Números, un Israel no espiritual y que rechaza los milagros es castigado con una plaga de serpientes venenosas (Números 21:6). Dios le dice a Moisés que haga una serpiente de bronce y la levante para que todo el que la mire se salve (Números 21:8). Nicodemo debe saber que toda la humanidad tiene en sus venas un veneno que niega a Dios. Debería esperar que, al igual que Dios ofreció una forma de salvar a Israel del veneno físico, llegaría el día en que la salvación se hiciera carne y resucitara, para que el pueblo de Dios pudiera nacer de nuevo (Juan 3:14-15).
Después de todo, Dios no odia al mundo; lo ama (Juan 3:16). Pero el mundo está condenado, envenenado y al borde de la muerte (Juan 3:18). Jesús viene a rescatarnos a todos nosotros, quienes, como Nicodemo, estamos retorcidos por nuestra incredulidad. Se hizo carne para ser levantado en la cruz y salvar a todos los que lo esperan.
Compruébelo usted mismo
Que el Espíritu Santo abra tus ojos para ver al Dios que nos da corazones nuevos. Y que veas a Jesús como el que fue levantado para darnos la vida eterna.