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Viudas, líderes corruptos y esclavos
En 1 Timoteo 5-6, vemos que cuando predicamos el mensaje de Jesús no hay líderes corruptos, viudas divisorias ni ninguna otra verdad que, en última instancia, pueda dañar a la iglesia que Dios ha confiado a su pueblo.
¿Qué está pasando?
Pablo termina su carta a Timoteo diciéndole que corra hacia la piedad y que pelee la buena batalla de la fe mientras enfrenta tres dificultades diferentes en su iglesia (1 Timoteo 6:11-12). Independientemente del problema, Timoteo debe acercarse a aquellos que necesitan corrección como si fueran familia (1 Timoteo 5:1).
El primer problema es en cuanto al cuidado de las viudas (1 Timoteo 5:2). Algunas familias habían abandonado a sus madres y abuelas después del fallecimiento de sus esposos (1 Timoteo 5:4). Pablo dice que esto no solo es impío, sino que es peor que negar la fe en Jesús (1 Timoteo 5:8). Las familias deben cuidar de sus viudas. Al mismo tiempo, había viudas más jóvenes que se aprovechaban del ministerio de cuidado de las viudas de la iglesia y robaban a viudas que estaban más apremiadas (1 Timoteo 5:6). En vez de usar su viudez para servir a los demás con más libertad (1 Timoteo 5:10), la usaron para chismorrear, fomentar la división y dañar la reputación de la Iglesia de Dios (1 Timoteo 5:13-15). Y, al igual que los hijos que no cuidaron a sus parientes viudas, estas viudas impías también abandonaron su fe (1 Timoteo 5:15).
En segundo lugar, Pablo da consejo sobre cómo tratar con líderes corruptos. Algunos enseñaban mentiras peligrosas que avivaban las conspiraciones y la división (1 Timoteo 6:4). Algunos incluso lo hicieron por lucro (1 Timoteo 6:5). Pero cuando Timoteo los confronta, Pablo advierte en contra de reaccionar exageradamente. El daño que algunos líderes causan no debe convertirse en prejuicios contra todos los líderes de la iglesia (1 Timoteo 5:19, 21). Hacer que un líder de la iglesia rinda cuentas es algo que tiene su lugar (1 Timoteo 5:20). Pero el uso indebido que hacen algunos de la autoridad de enseñar no significa que sea malo que los maestros reciban paga o que ejerzan su autoridad piadosa (1 Timoteo 5:18). Más bien, los líderes de una iglesia deben elegirse con lentitud, prestando especial atención a un patrón constante de comportamiento piadoso a lo largo del tiempo (1 Timoteo 5:22, 24-25).
Pablo luego pasa al tercer problema: el de los esclavos cristianos. Varios esclavos cristianos señalaron justificadamente que su relación con sus amos cristianos había cambiado radicalmente. Ahora son hermanos en Jesús (1 Timoteo 6:2a). Pero algunos esclavos usaron esta verdad como justificación para faltar el respeto a sus hermanos-amos. Esta falta de respeto hizo que fuera fácil para los romanos tachar las enseñanzas de Jesús de incompatibles con el estilo de vida de los romanos (1 Timoteo 6:1b). Pablo nunca niega la igualdad entre amo y esclavo, pero dice que el respeto debería regir su relación (1 Timoteo 6:1a, 2b). Al igual que las viudas y los líderes de iglesias, los esclavos deben actuar de una manera que sea evidentemente buena y piadosa para quienes están fuera de la iglesia, incluso si la situación es menos que lo que el evangelio exige.
Pablo luego advierte a Timoteo que algunos enseñarán en contra de estas cosas a fin de hacerse ricos. Con la división siempre se puede ganar dinero (1 Timoteo 6:5). Pero Timoteo debe cultivar el contentamiento para evitar caer en la impiedad, el lucro y las controversias de sus iguales (1 Timoteo 6:6-8).
¿Dónde está el evangelio?
Pablo termina su carta a Timoteo diciéndole que corra hacia la piedad y que pelee la buena batalla de la fe (1 Timoteo 6:11-12). Timoteo debe continuar soportando pacientemente los problemas de su iglesia mientras sigue confesando la verdad de la vida eterna en Jesús.
Esto es lo que Jesús hizo (1 Timoteo 6:13). Frente a Pilatos, un gobernante que discutió con Jesús sobre la naturaleza de la verdad, Jesús se aferró a su confesión de que él era el Rey de la Verdad que nació para llevar a su pueblo a un Reino de vida eterna (Juan 18:37). Y justo después de esto, Jesús resucitó de entre los muertos. Timoteo no debe desviarse de esta verdad (1 Timoteo 6:14).
La verdad que Timoteo posee es la única enseñanza que necesita. No existen líderes corruptos, viudas divisivas ni otra cosa que pueda dañar a la iglesia que Dios le ha confiado. Como Jesús le dijo a Pilatos, él es Rey de reyes, Señor de señores, y pronto vendrá a la ayuda de Timoteo (1 Timoteo 6:15-16). Hay muchas mentiras en la iglesia. Pero cuando confesamos lo que es verdad en un contexto de maldad y división, habrá resurrección. La familia de Dios no fallará. Así, de la misma manera que Timoteo y Jesús confiesan que Jesús es Rey de reyes y Señor de señores para siempre, guarda tu confesión de este evangelio con tu vida. Protege tu corazón contra la división y la tentación de sacar provecho de ella. Y lucha por la familia de Dios porque Jesús vendrá pronto.
Compruébalo tú mismo
Que el Espíritu Santo abra tus ojos para que veas al Dios que es la Verdad. Y que veas a Jesús como aquel que confesó que él es el Rey del mundo y a través de quien tenemos la vida eterna.