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devocional

Colosenses 2:6-3:17

Solo Jesús

En Colosenses 2:6-3:17 vemos que la cruz y la resurrección de Jesús han creado un nuevo pueblo de Dios global e internacional que está unido en la esperanza común de que solo Jesús los hace plenos y libres.

¿Qué está pasando?

Un grupo de líderes está dividiendo la iglesia de Colosas al enseñar que el Evangelio del apóstol Pablo es demasiado simple. Si los colosenses realmente quieren experimentar la verdadera plenitud de Dios y la verdadera libertad de pasado inmoral, tendrán que tomar prestado de las tradiciones religiosas que los rodean. Pero una y otra vez Pablo dice que todo lo que necesitan para seguir a Jesús, experimentar a Dios y liberarse de la inmoralidad ya les ha sido dado en Jesús (Colosenses 2:6).

Una facción afirma que recurrir a los poderes espirituales, además de a Jesús, otorgará una vida espiritual más completa. Pablo dice que esto pone en riesgo a los buscadores de enredarse con fuerzas espirituales más siniestras o simplistas (Colosenses 2:8). Además, la plenitud del poder y la autoridad de Dios ya se ha dado a los colosenses. Jesús vive dentro de ellos (Colosenses 2:9-10). No hay necesidad de acudir a otras tradiciones espirituales para obtener una experiencia más completa de Dios.  

Una facción judía afirmaba que una persona le podría demostrar a Dios que había “cortado” las partes malas de su ser mediante la circuncisión. Pero Pablo dice que Jesús ya ha logrado una mayor circuncisión (Colosenses 2:11). Todo nuestro cuerpo se enterró con Jesús a través del bautismo, y cada parte mala de nosotros se quedó en la tumba cuando Dios nos levantó de entre los muertos (Colosenses 2:12). Las partes malas de nosotros no se cortan con un cuchillo, sino con la cruz de Jesús. Ya hemos sido perdonados y no necesitamos probarle nada a Dios (Colosenses 2:13-14).

Y otros afirmaban que los cristianos “buenos” comían kosher y descansaban el Sabbat (Colosenses 2:16). Los mejores cristianos tenían una cierta visión de la política (Colosenses 2:15). Los verdaderos cristianos ayunaban y tenían visiones (Colosenses 2:18). Pero Pablo dice que aunque todas estas cosas pueden parecer sabias, en última instancia nos dividen y no son capaces de liberarnos de nuestro pasado inmoral ni infundirnos de la plenitud de Dios (Colosenses 2:23). Además, lo que buscan en la política, las regulaciones del Sabbat y las visiones ya se les ha dado. La resurrección de Jesús desarmó el poder político (Colosenses 2:15). El Sabbat es acerca de Jesús (Colosenses 2:17). Las visiones que tengamos en mente no nos pueden cambiar, pero la Cabeza de la iglesia puede resucitarnos en su imagen (Colosenses 2:19).  

En vez de buscar en filosofías, poderes y tradiciones de los humanos, el pueblo de Dios debe mirar hacia arriba y encontrar su nueva vida en Jesús resucitado que está sentado en los cielos (Colosenses 3:2-3). Solo Jesús puede hacer a su pueblo pleno y libre (Colosenses 3:4). La vida de los colosenses está en el cielo con Jesús, lo que significa que ya tienen todo lo que necesitan para aniquilar lo mundano que vive en ellos y adoptar su nueva identidad como humanos recreados (Colosenses 3:5, 10). En vez de llenar sus corazones de celos y divisiones, pueden llenarse de bondad y perdón (Colosenses 3:5-9, 12-15). Jesús es lo único que necesitan para vivir en plenitud espiritual y ser libres de su pasado inmoral.  

¿Dónde está el Evangelio?

Pablo termina esta sección de su carta con una invitación a los colosenses a unificarse (Colosenses 3:15). Insistir en que la plenitud de Dios y la liberación del mal solamente se dan a través de Jesús crea unidad entre personas que normalmente discreparían (Colosenses 3:16). En Jesús no existe una manera judía y una no judía de complacer a Dios. No existe una forma circuncidada o no circuncidada de demostrar nuestra fidelidad. Solo existe Jesús (Colosenses 3:11). En él morimos, y en él todos resucitamos.  

La cruz y la resurrección de Jesús han creado un nuevo pueblo global e internacional de Dios que está unido en la esperanza común de que solo Jesús los hace plenos y libres. Cuanto más permitamos que esta verdad viva en nosotros y cuanto más insistamos en esta verdad a los demás, más podremos unificarnos en agradecimiento al Dios que nos salvó a todos (Colosenses 3:16).

Ahora bien, la decisión de comer kosher u observar el Sabbat no tiene nada de malo. No hay nada malo en querer que tus amigos experimenten una plenitud más profunda en su relación con Dios a través del ayuno o experiencias espirituales. No hay nada malo en alinearse con ciertas ideologías políticas y defenderlas. Lo que sí es malo es enseñar, insinuar o actuar como si tus convicciones pudieran proporcionar más plenitud y libertad que la cruz de Jesús. Este tipo de superioridad imposibilita la unidad. En cambio, las personas que han sido salvadas por la gracia de Dios en Jesús deben hacer todo en el nombre del Señor que las une (Colosenses 3:17). Y gracias a Dios, es el poder de Jesús, y no nuestras convicciones, lo que nos salva.  

Compruébalo tú mismo

Ruego para que el Espíritu Santo abra tus ojos para que veas al Dios que nos ha dado a Jesús. Y que veas a Jesús como la única persona que necesitamos para experimentar la plenitud de Dios y liberarnos de nuestra maldad.

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