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¿Quiénes son los anticristos?
En 1 Juan 2:18-24 y 4:1-11, vemos que no hay ningún anticristo que, en última instancia, nos amenace porque Jesús el Cristo ha resucitado de entre los muertos y vive en nosotros.
¿Qué está pasando?
Las cartas de Juan son los únicos libros de la Biblia que mencionan a una figura llamada el anticristo (1 Juan 2:18). Y en 1 Juan los aborda directamente en los capítulos 2 y 4. En el capítulo cuatro, Juan llamará a este mismo grupo de personas «falsos profetas» (1 Juan 4:1). Juan se apresura a señalar que no hay solo uno, sino muchos anticristos y que los anticristos son una parte normal de la vida de la iglesia. Y los anticristos tienen dos cosas en común.
Primero, alguna vez fueron parte de la iglesia de Juan, pero desde entonces se han ido (1 Juan 2:19). En segundo lugar, niegan que Jesús sea el «Cristo», que es una palabra griega que significa «Ungido» (1 Juan 2:22). A lo largo de las Escrituras, Dios ha ungido a muchas personas. El rey David es uno de los ejemplos más famosos (1 Samuel 16:13). Ser ungido significaba que Dios eligió, comisionó y llenó a alguien con su Espíritu para salvar a su pueblo. Por lo tanto, negar que Jesús es el Ungido de Dios significa que estás literalmente «en contra de Cristo» y en contra de los planes de Dios de salvar a su pueblo (1 Juan 4:2-3).
Pero estos anticristos no solo enseñaban sus creencias, sino que mataban por ellas. En el Evangelio de Juan, Jesús advirtió que personas así perseguirían y matarían a sus discípulos (Juan 16:2-3). Y la comunidad de Juan lo sabe por experiencia (1 Juan 3:15). Así que Juan los alienta en su confusión y desesperación con buenas noticias.
¿Dónde está el Evangelio?
La buena noticia es que los discípulos de Juan han sido ungidos por Dios, y los que están en contra del ungido de Dios no tienen poder (1 Juan 2:20). Los discípulos de Juan no deben tener miedo de las mentiras que difunden los enemigos de Dios porque el Espíritu Santo los ha llenado de la verdad (Juan 14:16; 1 Juan 2:21). Dios ha enviado a su Hijo en la carne. Jesús es el Ungido. Y el Ungido ha resucitado de entre los muertos para salvar a su pueblo. La verdad es que quienes se oponen al Ungido ya han sido derrotados.
Al igual que los discípulos de Juan, estamos llenos de esa misma unción. Los anticristos viven en el mundo, pero la unción de Dios vive en nosotros (1 Juan 2:27 a). Los anticristos pueden enseñar y parecer convincentes para el mundo exterior (1 Juan 4:5), pero tenemos un maestro mejor que vive en nosotros para recordarnos la verdad (1 Juan 2:27 b). No debemos temer a las filosofías, los argumentos y las cosmovisiones que están en contra de Jesús, porque el mundo y sus mentiras son pasajeras (1 Juan 2:17 a). Pronto, todo lo que quedará es la verdad de que Jesús falleció, pero resucitó como el Ungido, comisionado por Dios para salvarnos de la muerte.
Como dice Juan: Hijitos, sois de Dios y habéis vencido a los anticristos, porque el que está en vosotros es más grande que el que está en el mundo (1 Juan 4:4). Incluso si los anticristos conspiran juntos para matarnos, no pueden ganar. El Ungido de Dios murió y resucitó y nosotros hemos sido ungidos con ese mismo Espíritu (Romanos 8:11). Incluso cuando morimos, los cristianos ganan. No hay ningún anticristo que, en última instancia, sea una amenaza, porque Jesús el Cristo ha resucitado de entre los muertos y vive en nosotros.
Compruébelo usted mismo
Que el Espíritu Santo abra tus ojos para ver al Dios que ungió a su Hijo, Jesús. Y que veas a Jesús como el Cristo que ya ha derrotado a los anticristos y todo su poder.