Rut 2

¿Qué está pasando?

Rut ha prometido lealtad a Noemí, viuda y sin hijos. De alguna manera, esto significa que Rut debe actuar como un hijo o un esposo. Ha asumido la responsabilidad de cuidar a su suegra, y ahora mismo, ambas se mueren de hambre. Así que Rut, que conoce la historia de su nueva tierra natal, aprovecha una ley del Antiguo Testamento que permitía a los pobres recoger las sobras de los campos durante la época de la cosecha (Levítico 19:9-10). Y aparentemente por casualidad, Rut termina en un campo que pertenece a un hombre llamado Booz (Rut 2:3).

Booz se entera de la situación de Rut y de que ha estado trabajando duro desde el amanecer. También se entera de que ella le pidió que no solo la recogiera entre las sobras (que es lo que la ley dice explícitamente), sino también entre los montones de granos apilados por sus trabajadores (Rut 2:7). Esto va más allá de lo que exige la ley, pero la fidelidad de Rut a Noemí y su valiente solicitud de un trato especial obligan a Booz a responder con suma generosidad (Rut 2:15). La invita a almorzar e instruye a sus sirvientes para que permitan a Rut tomar lo que quiera (Rut 2:14). Rut termina su jornada de trabajo con casi un mes de comida (Rut 2:17).

Noemí se sorprende por la amabilidad de Booz y se da cuenta de que Booz es en realidad un pariente de su difunto esposo y un «redentor» (Rut 2:20). En Israel, este es un término técnico. El «redentor» de una familia tiene la responsabilidad social y legal de cuidar a los parientes pobres que corren el riesgo de perder sus tierras o su herencia, especialmente si han perdido a su esposo.

Un hombre generoso no solo ha satisfecho las necesidades inmediatas de Noemí y Rut, sino que Booz también es soltero. En Booz, hay esperanza de que se restablezca lo que Noemí y Rut perdieron en sus esposos e hijos.

¿Dónde está el Evangelio?

La suerte de Noemí y Rut comienza a cambiar cuando Rut es audaz, valiente y trabajadora. Booz llama a Rut una «mujer digna» por la forma en que sigue las leyes de Dios y cuida a Noemí (Rut 3:11).

Tradicionalmente, el libro de Rut se colocaba justo después de Proverbios 31, que describe a una mujer sabia y «digna» (Proverbios 31:10). Esa ubicación nos invita a ver a Rut como sabiduría hecha carne y hueso. Al igual que la mujer de Proverbios 31, se levanta temprano y trabaja duro (Proverbios 31:15, 17). Mantiene a los necesitados y teme al Señor (Proverbios 31:20, 30).

Cuando Rut es sabia y fiel, un redentor provee generosamente. Ese también es el mensaje del Libro de Proverbios. Cuando tememos a Dios y vivimos sabiamente, el Señor nos recompensará y nos salvará (Proverbios 11:30).

Y al igual que Rut, Jesús también es sabiduría en la carne (Colosenses 2:3). Así como la sabiduría de Rut se vio claramente en su lealtad sacrificial a Noemí, el apóstol Pablo nos dice que la sabiduría de Jesús se ve más claramente en su muerte sacrificial (1 Corintios 1:23-24). Jesús fue sabiamente a la cruz por nosotros, como Rut fue al campo por Noemí.

Y así como Booz le dio a Rut una amabilidad que iba más allá de la letra de la ley, Jesús nos da una amabilidad que también va más allá de la ley. La ley decía que a Rut se le permitía recoger sobras de la orilla del campo, no darse un banquete en medio del campo. Del mismo modo, la ley dice que los pecadores como nosotros merecen el castigo y la muerte, no un banquete en la mesa de Dios.

Sin embargo, Jesús sabiamente nos da mucho más de lo que la ley dice que merecemos. Y todo lo que necesitamos hacer para recibir ese tipo de amabilidad es pedirla sabiamente, tal como lo hizo Rut.

Compruébelo usted mismo

Que el Espíritu Santo abra tus ojos para ver al Dios que provee. Y que veas a Jesús como aquel que con fidelidad, sabiduría y sacrificio nos convierte en su familia.